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Itinerario de viaje por Borneo: a dedo por Malasia y Brunei

Actualizado: 12 dic 2019

Mi itinerario de viaje por Borneo a dedo es la bitácora de mi días cruzando la isla de Borneo (por Malasia y Brunei ) de punta a punta, una experiencia increíble de casi un mes

Muchas optan por no incluir en su itinerario un viaje por Borneo o ni siquiera la tienen en cuenta. ¿Querés saber más sobre lugar?


Luego de un mes por Filipinas llegaba la hora de viajar a Borneo. Isla famosa, ademas de por sus plantaciones de palmera, por las bellezas naturales que alberga. Para mi no era un destino más, significaba volver a Malasia, país que me recibió al comienzo del viaje y con su gente, su comida y sus rincones se transformó en mi país favorito. Fue raro volver a un país que no es el propio y sentirme un poco como en casa. Una extraña comodidad a pesar de nunca haber pisado Borneo.


Itinerario de viaje por Borneo


Kota Kinabalu fue la primera parada, donde aproveché para comer todo lo que extrañaba de la comida india, malaya y china en un mismo lugar. También le saqué provecho al mercado nocturno para cenar unos INCREÍBLES atunes a la parrilla a precios irrisorios. ¡No se lo pierdan! Se puede comer de todo a precios muy accesibles. ¡Que delicia!

Otra de la atracciones, aparte de recorrer la ciudad que es muy linda y tiene algunas mezquitas interesantes, es visitar alguna de la islas que se encuentran frente a sus costas.

Elegí Sapi por recomendación de los locales, y si bien no conocí las otras, puedo decir que esta si vale una visita de todo el día.

Luego de algunos días debía partir hacia Sandakan, ciudad que saltó a la fama hace varios años por el secuestro de algunos turistas a manos de piratas filipinos. Si bien aún se pueden ver militares en varias zonas, ya el peligro no es tal. Yo vi una ciudad tranquila y con buena cantidad de turistas.

Más de 300 km. me separaban, pero sabía que si todo seguía como lo dejé, en Malasia sería pan comido. ¿Como fue? Todo en su lugar. Dos autos, una camioneta y un camión bastaron para llegar a destino. ¡Que linda sos Malasia!


Fueron dos semanas de estadía allí. Tan linda y tanto para hacer, se preguntarán... La verdad es una ciudad más pero sí con varias cosas para hacer a sus alrededores. Yo decidí frenar en Sandakan Budget and Backpackers Hostel a trabajar a cambio de habitación, comidas y algunos tours que el mismo lugar armaba gracias a Worldpackers.


Fue una experiencia más del viaje, una linda forma de conocer gente, de volver a dormir en la misma cama más de cuatro días y poder cocinarse un poco. La dueña del lugar me dio la oportunidad y me trato como si fuera su hijo, tanto que no quería que me fuera. Me enseñó la técnica para comer con la mano y me cocinó una tremenda sopa de calabaza, curry y lemongrass, y otro día probé cangrejos y todo. Un saldo más que positivo.

Ganandome el hospedaje, comida y tours!

Como comenté anteriormente alrededor de esta ciudad hay varias atracciones, muchas de las cuales se pueden conseguir en cualquier hotel o agencia de turismo. Al tenerlas incluidas aproveché a hacer lo más posible ya que muchas eran gratis y en otras solo pagaba los fee de entrada. En total hice cinco: Sepilok, Sun Bear Conservation Center, Rain Forest, Kinabatangan River y Firefly Mangrove Cruise.


Sepilok


Este centro de conservación y rehabilitación de orangutanes es un clásico de la zona. En él cuidan y rehabilitan a orangutanes que hayan sufrido algún problema en su hábitat y, una vez que estén listo para valerse por sí mismos, son devueltos a su lugar. Si no son capaces de sobrevivir por su cuenta por alguna lesión grave, se los cuida y protege es esto centro en medio de la selva.


Si ya has ido a otros lugares con ganas de ver estos increíbles animales y no pudiste, acá no te vas a quedar con las ganas. Casi asegurado que los vas a ver, ya que en dos horarios por día son alimentados y uno puede verlos desde muy cerca, y a veces algún curioso se acerca bastante y se pasea muy cerca de la gente.

La entrada cuesta 30 RM por personas más 10 RM por cada cámara. Queda en las afueras de Sandakan. Se puede llegar en bus publico por 6 RM o también hacer dedo hasta la calle que sale sobre la ruta.


Es un lindo lugar para observarlos. Yo ya había tenido la suerte de verlos en el trekking por la selva en Sumatra, Indonesia, pero no me canso de hacerlo. Sus comportamientos, como juegan entre ellos y como tienen cosas tan parecidas a los humanos.

Además queda al lado del Sun Bear C. C. Y el Rain Forest, por lo que en un día pueden visitar los tres lugares.


Sun Bear Conservation Center


En este lugar se conserva y protege a los Sun Bear, como su nombre lo dice, quienes llevan el rótulo de ser los osos más pequeños del mundo y están en peligro de extinción.

El lugar es simplemente una plataforma tipo mirador desde donde se puede ver el área donde viven estos osos, y también hay algunos binoculares para verlos mejor cuando se trepan muy alto sobre los árboles.

Como dije antes, queda enfrente de Sepilok. La entrada cuesta 31 RM por persona y no te cobran por la cámara. Si tu presupuesto es apretado lo podes saltar. Es cierto que son lindos con su pecho de color amarillo en forma de V, pero no creo que sea un imperdible. Depende de cada uno, su presupuesto y sus ganas de verlos.


Rain Forest


El último lugar al que fui en el tour del día. Este bosque de gran tamaño alberga plantas, árboles, aves, lagos y muchos insectos y bichos de distintas especies. Es un lindo lugar para caminar, pero se necesita tiempo porque es grande y tiene muchos caminos y senderos. Al estar con el tour no tuve el necesario, solo pude ver una parte, caminar por algunas pasarelas y subir a algunos miradores. Solo logre ver algunos animalitos y ni siquiera llegué al árbol gigante que se encuentra en el fondo.

Si les gusta este tipo de atracciones es una buena oportunidad visitarla con tiempo. La entrada cuesta 15 RM por persona y queda unos cientos de metros antes de Sepilok.


Kinabatangan River


Esta es una excursión que promete, pero que, si bien la suerte juega un factor importante, va a depender mucho de cómo la hagas.


Existen tres opciones:

  • paseo por el día (la que hice yo)

  • 2 días y 1 noche

  • 3 días y 2 noches

Dependiendo de tu estadía en el lugar es la cantidad de paseos por el río y alrededores que hagas. Yo solo hice uno, en el cual la lancha se rompió, cena y de vuelta al hotel. Si te quedas una noche ya cambia, porque incluye paseo por la tarde, paseo nocturno y trekking por la selva al día siguiente bien temprano. Y en la otra opción ya seria sumarle más paseos y caminatas.


¿Que se puede encontrar por estas zonas? Aves de todo tipo, monos macacos, monos proboscis, lagartos, cocodrilos, elefantes y orangutanes.


Yo solo vi macacos, algunos proboscis y aves de distintos tipos y colores. No tuve suerte de ver elefantes, aunque si vi varias huellas de estos al costado del río, como si lo hubiesen cruzado hacía poco. El guía nos dijo que ese día los vieron metidos hacia adentro en la selva.

¿Me gustó? Si, a pesar de no haber tenido suerte el paseo me gustó, estar rodeado de tanta naturaleza con el viento en la cara fue una linda sensación. Aunque si tienen la posibilidad les recomiendo que lo hagan con una noche, ya que aumentan sus chances y disfrutan un poco más. Tengan en cuenta que desde Sandakan son aproximadamente 2.30 hs. De viaje en auto.


Los precios del tour por un día varían dependiendo de la cantidad de gente en el auto. Si va uno solo son 400 RM, si son cuatro personas son 200 RM por persona. ¡Yo lo pagué con el sudor de mi frente!


Firefly Mangrove Cruise


Esta fue una de las excursiones de la que menos esperaba pero que resultó ser interesante. Consiste en navegar por un río entre manglares, atravesando también una pequeña villa flotante y en el que se pueden observar algún mono proboscis, lagartos y cocodrilos. Tuve la suerte y vi de los tres.


Pero el objetivo llega al atardecer, cuando el bote se para completamente en el medio del río y se espera a que oscurezca en medio de la sinfonía de bichos y aves, la clásica música de la naturaleza. Uno puede notar cómo a medida que la luz le abre paso a la oscuridad todos estos cantos van perdiendo fuerza. Y una vez que la noche se va haciendo presente empiezan a aparecer ellas, las luciérnagas. 1, 5, 50, 100. Mientras más oscuro más lucecitas. Primero sobre los manglares cual arbolito navideño. Luego de un rato ya son cientos, ahí es cuando nuestro conductor saca un luz roja dentro del bote, lo que genera un efecto de atracción en los pequeños bichitos que los dirige directo hacia nosotros, y el barco se ve en medio de una mininube parpadeante.


Cuando pensamos que era el final, la dueña del hotel que nos acompañó en esta excursión nos pidió que nos pongamos de rodilla sobre los asientos mirando hacia el agua. Agarramos al mismo tiempo unos palitos que nos daba y nos hizo llenar la boca de agua, obviamente de botella. A la cuenta de tres debíamos escupirla en el río y agitar con el palito en el agua. Cuando lo hicimos logramos ver plancton luminoso sobre el río. Si, no estábamos ni en las playas de Tailandia ni en Maldivas, increíblemente ahí se podía ver también.


Nos contaba que esto solo ocurre cuando el tiempo está despejado y no hay luna en el cielo. ¡Fui un afortunado!

Además de estas existen muchas otras atracciones como Labuk Bay Proboscis Sanctuary, que vendría a ser como Sepilok pero para los monos narigudos. También Turtle Island, donde las tortugas desovan. Estos dos últimas son bastante caras.


Dentro de la ciudad podes visitar la English Tea House, luego de una caminata por varios escalones, que te permite tomarte algo y ver la ciudad desde lo alto. O el Puu Jih Shih Buddhist Temple, que se encuentra en las inmediaciones de la ciudad sobre una colina y desde donde podrás ver casi toda la ciudad y el mar para sacar unas buenas fotos.


El mercado de la ciudad es también un buen lugar para recorrer y comprar lo que quieras, fue un lugar al que iba casi a diario porque queda enfrente del hostel donde hice de voluntario.

Las dos semanas fueron historia y era hora de seguir. La mochila desde su rincón de la habitación me miraba y pedía acción. Empezaba a cruzar la isla hacia el oeste, donde Brunei aparecía como primer destino, aunque antes hice una parada nuevamente en Kota Kinabalu, luego de otro exitoso día a dedo, donde me reencontraría con Fernando, mi querido amigo español que conocí en el voluntariado de Sulawesi y con el que quedó una muy buena relación. Pueden seguir su vuelta al mundo en su blog.


Hecho esto, ahora si, se venía Brunei. Este pequeño sultanato al que no muchos turistas van por tener poco que ofrecer, para mi fueron unos días muy buenos donde aprendí mucho de este desconocido país y gracias, una vez más, a Couchsurfing, me llevaba muy lindos recuerdos, aunque algunos son pegajosos...


¿Porque? Una noche fui a probar una comida típica del país. Y sinceramente me cuesta llamar comida a esa cosa que pusieron frente a mi. ¿Recuerdan la película Flubber? Bueno, igualito pero más grande y transparente. Ambuyat es una especie de gelatina más pegajosa, hecha a base de sagú. La idea es con dos palitos enrollar esa gelatinosa masa y mojarla en una salsa picante para luego tragarla de una. ¡Ni se te ocurra morder eso porque se te puede armar un desastre en la boca!

A mi, como creo de mala educación no comer algo que me llevaron a probar con cierto orgullo como su comida típica, inflé el pecho, anulé las papilas gustativas y le entre a los palitos deseando que se terminara lo más rápido posible. Simplemente asqueroso.


INFO ÚTIL PARA VIAJAR A BRUNEI


Como llegar a Brunei


Hay varias formas de llegar, aunque algunas no muy recomendables. La más fácil es por avión desde Kota Kinabalu, Sandakan o Kuching (si vienen del otro lado de la isla). La otra seria haciendo todo por tierra, pero esto significaría llenarse el pasaporte de sellos ya que Brunei se encuentra dividido en dos partes y se debería salir de Malasia, entrar a Brunei, salir de allí para volver a Malasia por unos instantes y luego ya si un ingreso final al sultanato. No recomiendo esta forma.


Las dos formas más comunes y recomendables son:


- Ferry de Kota Kinabalu hasta la isla de Labuan (isla libre de impuestos), que se encuentra frente a las costas de Brunei pero pertenece a Malasia, y luego de ahí otro ferry a destino. Esta es la más fácil pero un poco más costosa.


- La más conveniente, y que hice, es tomar un bus (18 RM) a Menumbok, para desde ahí por 5 RM tomarse un ferry a Labuan y luego el ferry a Brunei por 35 RM. Los buses desde KK salen a una cuadra del reloj blanco, hay varias empresas que hacen el recorrido, y con decir que vas a Brunei ya ellos te mencionan el destino.


Si venís desde el otro lado podes tomarte un bus desde Miri hasta el centro de la ciudad (BSB) en Brunei. Esta es la forma más fácil.

Mi estadía en este pequeño país había llegado a su fin y era hora de seguir. Cómo hacer dedo dentro de Brunei es muy difícil ya que prácticamente son todas autopistas, me tomé un bus local desde el centro hasta Seria, la última pequeña ciudad antes de la frontera. Desde ahí la idea era caminar hasta la ruta y estirar el dedo para llegar a la puerta de salida del país que estaba a algunos kilómetros. Pero esto no fue posible... ¿Qué pasó? La gentileza de la gente de Brunei me volvió a sorprender: Un chico me vio caminando y frenó a preguntarme que hacia y si necesitaba ayuda. Le conté mi idea para ir hasta la frontera y se ofreció a llevarme. No, él no estaba yendo para Malasia, solo se dirigía a su casa pero se desvió varios kilómetros para dejarme en la puerta de migraciones. De esta manera dejaba Brunei tal cual me recibió, cuando al bajarme del ferry un chico me preguntó si iba para la ciudad, ya que él me podía llevar en el auto que lo estaba esperando.

¡Gracias por todo bruneanos!


Luego de los trámites de rigor, me alejé de la frontera y con la mochila al piso nuevamente a estirar el brazo. Quería llegar ese mismo día a Niah Caves, un Parque Nacional con bosques y cuevas inmensas donde fueron encontrados restos humanos de hace más de 40 mil años.


Bastaron cinco minutos para que una camioneta pare. Ella ecuatoriana y el inglés, ambos viven hace varios años en Brunei e iban a hacer compras hasta Miri, ciudad a medio camino de mi destino. Esta simpática pareja había estado el último año en Buenos Aires y él, musulmán, me contaba que le había encantado la mezquita de la ciudad (¡ni yo la conozco!).


Desde Miri se puede hacer la excursión a los Pináculos, donde solo se puede llegar tomando un vuelo para luego desde allí arrancar las caminatas por la selva. El costo es bastante alto y solo se abarata un poco si se junta un grupo grande, así que decidí pasarla.

Me despedí y, previo almuerzo, otra vez a la ruta. Esta vez fueron cerca de 30 minutos, y luego de algunos intentos fallidos paró el indicado. Era una familia malaya que me iba a dejar a unos cuantos kilómetros antes del desvío. Si, iban, porque cuando llegamos al lugar donde debían dejarme nunca frenaron. Me dijeron que creían que por ahí no muchos hablaban inglés y por miedo a no poder comunicarse no pararían, así que me iban a llevar hasta más adelante. Pensé que me dejarían en la intersección hacia el parque, pero me equivoqué, tomaron el camino y me dejaron en la mismísima puerta de admisiones. Todo mis intentos para evitar que se salgan de su camino fue en vano. Malasia y su gente volvían a hacer de las suyas. La generosidad a la orden del día.


Finalmente pasado el mediodía ya estaba en Niah Caves. Luego de hacer los papeles para acampar en el lugar no perdí tiempo y me dirigí al río, para luego de un viaje de 30 segundos emprender el trekking por el parque rumbo a las cuevas.

Por suerte llevaba la campera de lluvia conmigo, porque al rato de comenzar poco a poco empezó a caer más y más agua, lo que le dio un lindo toque al bosque totalmente mojado y haciendo que el verde que me rodeaba brille. Luego de 40 minutos las cuevas se presentaron ante mi, con una inmensa entrada donde se pueden ver las áreas en que siguen buscando restos con más información sobre los que habitaron esa zona.


Prendí la linterna y me dirigí hacia el interior de las cuevas. A medida que me adentraba la luz iba quedando a mis espaldas y solo podía ver lo que la luz artificial me mostraba. Caminé un rato y me di cuenta de todo lo que aún faltaba para llegar al final, por lo que decidí tomar el camino que doblaba y salir nuevamente porque no quería se haga de noche.

Bajo una llovizna aún presente volví hasta la zona de acampe, para luego de armar la carpa darme una ducha fría (por suerte el calor y la humedad de Borneo hace que pueda prescindir del agua caliente) y sentarme en el pequeño restaurante del parque a comer algo.


Ahí fue donde conocí a un alemán de 65 años, casado y sin hijos, que tras trabajar toda su vida y jubilarse, decidió agarrar su bicicleta y recorrer el mundo. Este ejemplo de persona viaja solo y cada tanto su mujer vuela desde Europa para acompañarlo en algún tramo. Mientras otros están descansando en su casa él prefirió vivir sus “años de descanso” a puro pedal y embarcarse en esta aventura. Ya paso por Europa, Asia Central y post Sudeste Asiático se reencontrará con su mujer para recorrer Nueva Zelanda juntos. Estos “locos” son un ejemplo de que para viajar no hay edad ni un momento determinado, solo ganas.


Al día siguiente había que seguir viaje. Quería llegar a Sibu, ciudad a medio camino de Kuching, mi siguiente y última parada en Borneo. Si bien era un trayecto importante, lo único que me preocupaba era salir desde el parque hasta la ruta principal. Luego de caminar 45 minutos llegué a la calle principal que se dirigía a la ruta. Desde ahí un chico no tardó en frenar y dejarme justo donde quería, ahora solo me quedaban 300 km. Por delante.

Luego de 20 minutos una pick up me dice que va hasta Bintulu y no dudé en subirme, ya tenía los primeros 100 km. Asegurados. Fueron casi 2 hs. Muy rápidas gracias a la buena onda de mi conductor de turno.


Antes de ingresar a la ciudad me dejó sobre la ruta, y previa parada técnica en una estación de servicio a comprar agua y visitar el baño, otra vez a apoyar la mochila y a dejar que el pulgar haga lo suyo. Mientras esperaba pensaba en voz alta: “que lindo seria que me levante alguien derecho hasta Sibu...”. A veces solo hay que desearlo y el camino te lo concederá. Unos minutos después otra pick up con destino a Sibu frenaba frente a mi. ¡Gracias Dios del autostop! Los últimos 200 km. del día estaban controlados, a relajarse y a disfrutar del viaje.


De Sibu solo vi los alrededores del hotel. Mi cansancio solo me dió para buscar donde dormir, bañarme, comer algo y a la cama. Al otro día tenia un último día a dedo por la isla, había que hacer hasta Kuching poco más de 400 km.


A las 9 am. ya estaba desayunado y listo para que el bus local que me llevaría hasta las afueras arranque. Algunas horas después y con dos autos de por medio solo había avanzado 50 km. A todo esto el intenso calor del mediodía se hacía sentir, y fue ahí que apareció Nai, que se acercó y luego de preguntar qué hacía se ofreció a llevarme a la estación de buses de la siguiente ciudad. Siempre digo que todo pasa por algo, así que decidí aceptar la oferta ya que las altas temperaturas me jugaban una mala pasada. Antes de dejarme en la terminal Nai me pidió pasar por su casa a cambiar de auto y aprovecho para convidarme agua tónica 100 plus, tan tomado en Malasia (¡que rica es!), y un poco de sandía.


Un rato después ya estaba en el bus y unas horas más tarde, cuando caía la noche, llegaba a la terminal de Kuching. Pero ahí no termina todo… La terminal se encuentra en la entrada a la ciudad, lejos del centro como para caminar. Los buses públicos ya no pasaban y los taxis frotándose las manos querían sacarme más ringgits de los que quería gastar. Llamé a quien me iba a hospedar y me confirmó que la única forma era taxi. Pero antes de pagar eso preferí intentar hacer dedo. Si, de noche me paré pensando en que muchos irían para la ciudad y quizás alguno me vea y me dé una mano. Cuando estaba por darme por vencido un auto paró, me preguntó que hacía de noche ahí, y al contarle mi problema se bajó sin dudarlo y empezó a acomodar todo lo que tenía para llevarme. ¡No lo podía creer! Sumo a mi viaje hacer dedo de noche, hasta para esto da Malasia.


Mi salvador se quedó fascinado con el viaje, me contaba que él y su mujer siempre que pueden viajan, aunque en el último año con la devaluación de la moneda se hizo un poco más difícil. Un rato después me estaba dejando en la puerta de mi host, no sin antes tirarme varios tips de la ciudad.


Al día siguiente con más pilas ya estaba listo para recorrer la ciudad. Kuching es la capital del estado de Sarawak y su traducción literal es “gato”. Si, la ciudad gato. No solo lleva su nombre sino también hay esculturas, arte callejero y ¡hasta un museo de gatos! Definitivamente en Kuching hay gato encerrado (?).


La ciudad me pareció muy atractiva. Con arte callejero, mucho colorido, pequeñas tiendas, el río que atraviesa y la costanera por la que se puede caminar y comer. También hay algunas mezquitas interesantes y un mercado nocturno, aunque muy pobre y no tiene ni comparación con el de Kota Kinabalu. Se nota bastante, además, la influencia China en esta región.


Uno de los grandes atractivos que tiene la ciudad es que está rodeada de parques nacionales. El más conocido y visitado es Bako, donde hay playas, trekkings, lugares para pasar la noche y podes ver monos narigudos bien de cerca, además de tantas otras especies que habitan allí.

Para hacerlo tenes que dirigirte a la oficina de turismo en Kuching y reservar tu cama. Se recomienda al menos pasar una noche para poder aprovechar más del lugar y hacer valer el viaje y lo que gastes en entrada y barco (si, hay que entrar mediante un bote).


Mi idea era pasar una noche, peeeero cuando llegue a la oficina me dicen que para los próximos días estaba todo lleno y encima la zona para acampar cerrada por mantenimiento… ¡Un bajón! Con mi vuelo a Kuala Lumpur ya sacado no me quedaba otra que ir a otro parque o ir a Bako solo por el día. Y cómo ir solo por el día me parecía caro y no iba a poder ver mucho, consulté por los demás y decidí ir Kubah National Park.

No puedo compararlo con Bako pero me gustó. Caminé mucho, vi cascadas y algunas vistas desde lo alto también. No tuve la suerte de ver ningún animalito interesante pero ya venía de ver bastantes en toda la isla, por lo que no nos decepcionó en ese sentido.


Así se iba terminando mi estadía en Borneo. Volvía a Kuala Lumpur, donde todo comenzó 6 meses atrás. Ahí también me reencontraría con Ali, mi simpático amigo de Couchsurfing que me hospedaría nuevamente.


Dónde dormir en tu viaje por Borneo


Kota Kinabalu: Stay Lodge Inn, doble con baño compartido, wifi y desayuno, 40 RM. Sobre Gaya street, buena ubicación. Recomendado.


Sandakan: Sea View Sandakan, hay camas por 20 RM con wifi y desayuno. Yo acá hice voluntariado. Enfrente del mercado a media cuadra del mar. Recomendable.


Brunei: excelente oportunidad de usar Couchsurfing, hay gente muy copada para conocer. Sino el lugar mas barato sale 10 B$, cerca de la mezquita del Sultán.


Niah Caves: acampé por 10 RM por persona. Si no tenes carpas hay habitaciones de 4 camas con ventilador por 20 RM la cama.


Sibu: R&R Rooms, 40 RM la doble con baño privado, aire y wifi. Enfrente del mercado central. Recomendable. Justo desde la puerta salen los buses locales hacia varias partes.


Kuching: hice Couchsurfing nuevamente por 2 noches y la noche restante me quedé en The Nook Bed and Breakfast por 40 RM la doble con baño compartido, ventilador, wifi y desayuno. También hay dorms por 20 RM. Recomendable más allá de que las habitaciones son muy chiquitas.


Viajar por Borneo fue una gran experiencia del viaje. Disfruté mucho de sus islas, sus ciudades, sus ríos, su flora y su fauna, sus cuevas, sus parques nacionales, su gente y, por supuesto, su comida.


Borneo para mi es sinónimo de verde, de naturaleza. Me hubiese gustado ver menos plantaciones de palmeras, pero las grandes compañías no cesan en seguir amasando fortunas y matando bosques.


Si todavía estás en duda o te queda un huequito en tu itinerario de viaje por el Sudeste Asiático, no dejes de considerar viajar por Borneo, difícilmente te defraude.

 

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